Consejos de oro para elegir un ajedrez

Es tiempo de relajarse con uno de los juegos de mesa más antiguos.

Es una actividad que puede practicarse en cualquier escenario y a la hora que prefiramos. Un buen aficionado al ajedrez sabe que ese es uno de sus principales puntos fuertes. Pero sobre todo el ajedrez destaca por su capacidad para estimular la concentración. Por esa razón esta práctica llega cada vez a más gente y hay más jóvenes aficionados de lo que pueda parecer. Y es que con trabajo y esfuerzo se puede llegar lejos en esta práctica.

Hay casos en los que algunas personas aprenden a jugar y dan el salto muy rápido pero lo habitual es que se llegue a un nivel alto de dominio a base de pequeños progresos, y para eso hay que practicar mucho. 

Ajedrez de maderaPara aquellos que quieren seguir mejorando en este deporte es un regalo perfecto un ajedrez de madera que presenta siempre un acabado con aspecto más artesanal que cuando se trata de otros materiales y sigue siendo asequible para todos los bolsillos (si bien es cierto que los de plástico son más económicos).

La mayoría de los jugadores prefieren este tradicional tablero de madera pero en el momento de comprar un ajedrez hay que plantearse cuestiones como qué tipo de jugador va a utilizarlo, si es adulto o se trata de un niño, y qué nivel tiene; entre otras razones porque un tablero de madera es más delicado por lo que es recomendable utilizar piezas que tengan fieltro en la base para no arañar la madera.

¿Vas a viajar con el ajedrez?

Ajedrez para viajesHay mucha variedad para elegir un ajedrez y una opción muy interesante es un ajedrez de viaje para seguir practicando incluso cuando nos movemos temporalmente de casa. Se pueden guardar cómodamente las fichas en su interior y no ocupa demasiado espacio. En la misma línea de las opciones cómodas encontramos los tableros de ajedrez magnéticos, que son muy resistentes a golpes y arañazos pero que sobre todo cuentan con la ventaja del imán que hace que las fichas no se muevan de su sitio. Es cuestión de prioridades.

Cuando se trata de tableros transportables se pueden encontrar incluso algunos modelos que son de vinilo enrollables y con una funda para guardarse, aunque con esta tipología la desventaja es que al desenrollarlo para jugar puede ser que queden arrugas que dificulten la partida.

Otros materiales

Finalmente y en el extremo más novedoso se encuentran los tableros de ajedrez electrónicos que son especialmente recomendables para iniciarse y aprender las mejores tácticas y movimientos, en concreto para los más jóvenes y más acostumbrados a la tecnología.

Es una manera sensacional de practicar porque podemos jugar contra un contrincante o contra el ordenador, de modo que siempre hay opción para practicar y hay distintas posibilidades según el nivel del jugador y los requisitos que se busquen.

Y en niveles lujosos encontramos tableros con oro macizo, madera de ébano o incrustaciones de piedras preciosas e incluso con piezas de cristal. En estos casos se tendría que valorar el presupuesto con el que se cuenta y si se quiere un tablero que sirva también para decorar o si es para dedicar exclusivamente al juego. El tamaño de las casillas, que no han de ser ni demasiado pequeñas ni demasiado grandes, o el peso de las piezas son otras variables a tener en cuenta. Las piezas plomadas llevan un pequeño peso interior que las hace más estables pero también tener una sensación de movimiento un tanto más artificial.

Un reloj para luchar hasta el final

Una de las cuestiones más complejas puede ser la de arreglárselas bien con el reloj. La presión del tiempo puede llevar a imprecisiones. Y es que el reloj es otro rival que hay que añadir.

Una partida termina cuando se para el reloj (o se hace voluntariamente en señal de tablas) y los jugadores estrechan sus manos, pero hasta entonces hay que saber manejar el tiempo y aprovechar cada uno de los segundos.

Tan sencillo y tan complejo al mismo tiempo

Y es que es una actividad que requiere de una equipación sencilla pero una preparación intensa, y que tiene inmensos beneficios para la mente y la memoria; para la mente porque hay que estar escrupulosamente atento a predecir los movimientos que puede hacer el contrincante. Mientras se juega al ajedrez se activan los dos hemisferios del cerebro, el izquierdo que representa la parte más lógica y el derecho, donde se centra la creativa.

Y además es bueno para ejercitar la memoria porque conviene recordar movimientos de partidas anteriores e incluso del propio jugador que se tiene como contrincante. Y es que inevitablemente el ajedrez, al ser un deporte, va unido a la sana rivalidad y a la empatía que implica ponerse en la piel del contrincante y tratar de averiguar qué está pensando.

Desarrollar todos los sentidos

Es un deporte pero esencialmente un juego de entretenimiento que tiene la capacidad de ser una actividad terapéutica que mejora el estado de ánimo de quienes se centran en la partida, por lo que se convierte muchas veces en una sesión de terapia para la mente porque hay que mantener la calma y la concentración a la vez que se mejora la coordinación.

Esto último se nota muy especialmente en los niños quienes además desarrollan su capacidad de observar los detalles y la de procesamiento. En algunas escuelas se utiliza incluso como una forma de enseñar a los niños a controlar la impulsividad. En el ajedrez hay que fijarse unos objetivos y trazar un plan para alcanzarlos y para ellos las decisiones impulsivas son peligrosas.

Cada partida es un aprendizaje

Lo que hay que tener claro es que el principal objetivo es el entretenimiento y la diversión, por lo que hay que quitarse la presión por ganar y centrarse en explorar las posibilidades de las 64 casillas también en el aspecto emocional. La experiencia es un grado, en el ajedrez y en cualquier aspecto de la vida, por lo que hay que mostrar paciencia y seguir ejercitando.