El Castillo de Peñarroya: la Fortaleza del Guadiana

¿Quién no se ha preguntado alguna vez por el lugar del que Miguel de Cervantes no quiere acordarse al principio del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha? Pues ese lugar, según los expertos, tiene que ver con la casa del bachiller Sansón Carrasco y la Cueva de Medrano que se encuentran en Argamasilla del Alba, en Ciudad Real. En la cueva en concreto, parece ser que Cervantes estuvo preso y en sus ratos de penurias quizá le dio por pensar en escribir una novela como la de Don Quijote. Si fuera así, es natural que no quisiera acordarse de ese lugar.

Castillo de Peñarroya

Y hablamos de Argamasilla del Alba, porque en este plan, si os gustan los castillos, queremos invitaros a que visitéis el corazón de la Mancha y disfrutéis del Castillo de Peñarroya, a tan sólo doce kilómetros de Argamasilla siguiendo el curso del río Guadiana y en entrada a las Lagunas de Ruidera.

Esta fortaleza fue levantada por los árabes y en el año 1198 pasó a manos cristianas. La llaman “La Fortaleza del Guadiana” ya que está protegida por un acantilado, por el propio río y por un foso.

Ermita del castillo de PenarroyaEl nombre del castillo le viene porque cuando el Capitán castellano Alonso Pérez de Sanabria tomó el sitio el 8 de septiembre de 1198 (según cuenta la leyenda), encontró una imagen de la Virgen de Peñarroya y desde entonces se convirtió en patrona de la región, concretamente de los pueblos de La Solana y Argamasilla del Alba. La fortaleza pasó a manos de La Orden de San Juan y contó también con la protección de la orden de Santiago.

La estructura del castillo, gracias a remodelaciones y cuidados, se conserva bastante bien. Tanto el acceso por el camino medieval, el humilladero y el foso están bien conservados. Las murallas, patios de armas (de 67×33 metros) y la Torre del Homenaje con tres plantas y que actualmente tiene la sede de la Cofradía de Nuestra Señora de Peñarroya, son totalmente accesibles y los lugares más atractivos de la fortaleza.

El castillo cuenta con dos ermitas. La más antigua, del siglo XII, se encuentra en el exterior y se pude divisar desde el desfiladero, mientras que la interior primero fue capilla y en el siglo XVII se convirtió también en ermita y santuario y hoy cuenta con gran interés artístico pues, alrededor del altar, posee copias de cuadros de pintores como Murillo y Rafael (El Coro y el Retablo Churrigueresco) además de haber sido construida en estilo barroco.

Visitar el castillo es gratuito y además de disfrutar de una de las fortalezas de la Plena Edad Media mejor conservados de toda Castilla la Mancha, el entorno también es ideal para disfrutar del fin de semana. Un entorno donde deambuló el mismísimo Don Quijote de la Mancha.