La Costa Brava es el paraíso mediterráneo por excelencia de gran parte del sur de Europa. Una línea de costa que no sólo nos regala un mar de mil tonos de azules imposibles, arena fina y dorada así como una fauna y flora única, sino también pueblos y ciudades donde el respeto por el entorno lo es todo.
Pese a todo lo descrito, para disfrutar de la capital de la Costa Brava no hace falta que nos desplacemos a la costa, por irónico que resulte. Así, Figueras (la capital de la comarca del Alto Ampurdán donde encontramos joyas como Cadaqués, Portlligat o el Cabo de Creus) se encuentra tierra adentro pero plenamente accesible, entre otras cosas, por ser la puerta de entrada a España desde el resto de Europa y paso más que recomendable para todo tren de Francia a España, gracias a infraestructuras como la estación de trenes donde nos esperan el AVE y el TGV, o el nudo de autopistas que la conecta con el resto del país y el continente.
Así, además de maravillarnos con las preciosas calas de imposibles tonos turquesas y azules, podemos disfrutar de la cultura y gastronomía que hace popular a esta región desde su capital: Figueres, desplazándonos sin problemas por una región que jamás nos dejará de sorprender ¿Qué ver y qué hacer en el lugar de nacimiento del genial Dalí?
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Teatro-museo Dalí
Es inevitable: la sombra del inigualable pintor catalán es alargada y cubre todo lo que esta centenaria ciudad rodea. Y lejos de verlo como un estigma, Figueres presume de ello sacando pecho: dedicándole un espectacular teatro-museo que se ha convertido en la máxima atracción de la ciudad.
La planta del museo aprovecha la existencia de una antigua fortificación para surgir como un imaginativo castillo de entre el clásico corte de las edificaciones que la rodean en el centro de la ciudad, así como el teatro aprovecha la planta clásica de una antigua edificación para rematarse con una cúpula y acabados que el propio Dalí dirigió en su remodelación.
El resultado es un magnífico conjunto monumental de gran poder llamativo en el que el imaginario del pintor lo rodea todo desde el exterior, culminado con los representativos huevos de algunas obras del pintor y plagando la fachada con la representación del tricornio de pan con el que acudía a los toros en unas muy recordadas imágenes de archivo.
En el interior además del teatro municipal encontramos grandes obras del artista y sala como la famosa “sala Mae West” cuyo mobiliario simula el rostro de la artista. También encontramos al propio genio enterrado en su mausoleo.
Castillo de San Fernando
Del surrealismo daliniano al clasicismo histórico. En un cerro a las puertas del núcleo histórico de la ciudad encontramos el imponente castillo de San Fernando: una fortaleza que data del s. XVIII y que se alza como inmejorable mirador de la ciudad y de la comarca.
Con una superficie de 32 ha dentro de un perímetro de 3.120 m, el castillo de San Fernando, nombrado así en honor al rey que promulgó su construcción, Fernando VI, es el monumento de mayor tamaño de Cataluña y fue hasta el final de su siglo de construcción, el castillo de mayor tamaño de Europa.
Tiene una gran importancia dentro de la historia local y nacional, ya que su construcción fue fruto del retroceso de los territorios españoles en el sur de Francia, y durante la Guerra Civil, fue punto de reunión de las cortes republicanas, desde donde se lanzó el último discurso del presidente Negrín antes de que partiera a su exilio a Francia como otros tantos republicanos.
Museo del Juguete
Junto a la Rambla que toda ciudad de importancia catalana posee, se encuentra el popular Museo del Juguete de Cataluña, ocupando las dependencias de un antiguo hotel.
El Museo exhibe más de 4000 piezas de toda tipología, algunas de ellas pertenecientes a grandes figuras de la cultura como el propio Dalí, Federico García Lorca, Joan Miró etc. Siendo además centro de interpretación y acompañarse las piezas con fotografías y leyendas que las sitúan en su contexto.
¿Cómo desplazarnos de Figueras a…?
- Perpignan: la capital del sur de Francia con mayor influencia de la cultura catalana que envuelve a Figueras queda a tan sólo 25 minutos en tren. Una magnífica oportunidad para entender cómo dos culturas tan diferentes como la francesa y la española, tienen tantos lazos en común y tanto por compartir.
- Cadaqués: a sólo 45 minutos en automóvil podemos llegar a un paraje detenido en el tiempo como es el pueblo de Cadaqués. Un oasis de casas blancas de inspiración marinera situado en pleno parque natural del Cabo de Creus imprescindible para terminar de comprender la inspiración que obtuvo el genio de Dalí para crear todo lo visto en Figueras.
- Bagur: no podemos quedarnos en la puerta de entrada a la Costa Brava y no aceptar la invitación que el amable pueblo gerundense nos hace para disfrutar de su envidiable línea de costa. Y para ello, nada mejor que el pueblo de Bagur, que desde un cerro de casas encantadoras nos regala vistas a algunas de las mejores calas del Mediterráneo, como lo son Aiguablava y Aiguafreda. A sólo 50 minutos en automóvil.
- Gerona: en media hora podemos llegar de la capital de la comarca donde se encuentra la Costa Brava a la capital de la provincia donde se encuentran ambas. Una excelente oportunidad para maravillarnos con su Catedral, imponente y única en el mundo gracias a su construcción gótica de una sola nave, su perfectamente conservado barrio judío y la bellas casas de colores que decoran su ribera. Todos ellos magníficos escenarios de la superproducción de la HBO “Juego de Tronos”.
- Barcelona: y de grandes capitales a la catalana por excelencia. Barcelona nos queda a tan solo una hora y cincuenta minutos de tren, y con ella tenemos al alcance las mejores joyas de Gaudí, encabezadas por su Sagrada Familia, la casa Batlló, la Pedrera y el Park Güell, pero continuada de otras joyas modernistas como el Hospital de Sant Pau. Además de una oferta de ocio y cultura que la convierten en referente mundial de la modernidad.
